Desde la editorial El Libro Feroz le damos la bienvenida a Murdo Ortiz y su MTMRPHSS 6+mad+4. Se trata de un catálogo de imágenes de la exposición individual con el mismo nombre, una edición de 50 copias seriadas y firmadas de un libro de 54 páginas impresas en risografía a dos tintas. A continuación os dejamos con uno de los textos que prologan una serie de dibujos y collages que ahondan en el más profundo ser del artista.

Miguel Ángel Rivero Gómez.
La pintura ha vuelto. Hubo hasta quien firmó su carta de defunción tras el apogeo, a partir de la segunda mitad del pasado siglo, de manifestaciones artísticas ligadas al arte conceptual, las performances, las instalaciones, el videoarte… El tiempo del óleo sobre lienzo y la tinta sobre papel parecía consumado, y ahí confluyeron museos, galerías, ferias de arte… Una exposición de pintura pasó a tener sentido si era relativa a las grandes figuras del impresionismo, el fauvismo, el expresionismo abstracto y hasta el surrealismo, pero no a un artista del siglo XXI. Los pintores, sin embargo, supieron resistir. No cedieron a la cierta invisibilización a que fueron confinados bajo la acusación de cultivadores de un arte ya caduco. Continuaron trabajando pacientemente en el taller, indagando en los detalles de los viejos maestros, explorando las posibilidades del pigmento en la búsqueda de su propio lenguaje, que es en definitiva lo que define a cada artista.
“Murdo Ortiz lucha por su propio lenguaje artístico, que persigue sin descanso, y contra el régimen de estulticia que en suertes nos tocó vivir y padecer.“
Otros se echaron directamente a la calle, a dar forma a ese street art que se ha convertido, tras fatigas dobles y un sinfín de sanciones, en una manifestación artística de pleno derecho. Desde ahí, desde el graffity, la pintura mural y las intervenciones artísticas en espacios públicos, algunos volvieron al lienzo y el papel, y ahí siguen, en un permanente viaje de ida y vuelta de un formato a otro.

En ese lugar es donde creo pertinente situar a Murdo Ortiz, cuya trayectoria artística ha surcado ese recorrido, desde espacios murales de la desmemoria y el olvido que ha intervenido y revivificado con su aliento artístico, hasta la inmensidad del papel como soporte de los mismos gritos, las mismas muecas, la misma violencia. Y ahí sigue en pie de guerra, como “castillo de frontera …”